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Polar, el osito del Titanic y los Spedden

Dicen que dentro de lo malo, siempre hay que intentar ver el lado bueno de las cosas…Hoy me gustaría haceros participes de una historia entrañable dentro de lo que cabe y sobretodo, real.

Os quiero presentar a Daisy y a Frederic, una pareja de enamorados de la alta sociedad que se casaron en el año 1900. De la feliz pareja nació un hijo,  Douglas.

 

 

A Daisy y a Frederic les encantaba pasar tiempo con su hijo, quien les acompañaba en todos sus viajes. Una vez, los orgullosos padres regalaron un pequeño oso de peluche comprado en FAO Schwarz de Nueva York. En la siguiente imagen podemos ver a Polar a los pies de Douglas, nunca se separaba de él.

 

Daisy tenía por costumbre guardar recuerdos de todos sus viajes y escribir en un diario sus experiencias y fotografías de lugares como Madeira, Cannes o Bermudas. Por supuesto Polar estuvo presente en todos esos viajes. De regreso a América, la familia compró unos pasajes para el RMS Titanic, el barco más lujoso jamás construido según decían.

 

 

 

 

Todos conocemos el desafortunado final del gran buque. La familia sobrevivió a la tragedia. Douglas subió a un bote salvavidas con Polar con tan mala fortuna que en el momento del rescate, Polar quedó olvidado en el interior del bote. Por suerte, un marinero lo recogió y el osito pudo volver con su amo.
Después de esta horrible experiencia, Daisy escribió un cuento para su hijo Douglas como regalo de cumpleaños. El cuento tenía como protagonista a Polar, y contaba la historia desde la perspectiva del osito. El juguete empieza a contar su historia desde el día que sale de la tiendas de Nueva York y se va a recorrer mundo con su amado amo, Douglas. Describe en primera persona el accidentado viaje a bordo del Titanic y como, después de un incidente que casi lo separa de Douglas, logra llegar de nuevo a él.

 

El cuento permaneció con la familia durante generaciones, fueron tantos años los que pasaron que el cuento quedó olvidado en un viejo baúl de Louis Vuitton en el desván de la casa familiar. Pero llegó un día en el que un joven descendiente de la familia lo encontró y se interesó por él. La historia le fascinó de tal manera que hizo todo lo posible por publicarlo, y así fue finalmente.

 

 

Aún se conservan algunos ejemplares de ositos como el auténtico Polar. Se desconoce si el original sigue existiendo puesto que Douglas falleció 3 años después del hundimiento del Titanic a causa de un atropello automovilístico, el primero de la historia registrado en el Estado de Main.

The Story of Polar the Titanic Bear

 

Es una historia con un triste final pero almenos podemos seguir disfrutando del cuento de Polar, que se usa en muchas escuelas para explicar a los más pequeños que la vida sigue después de una tragedia.

Los Spedden no tuvieron más hijos, pero siguieron viajando por el mundo recordando los buenos momentos vividos.

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