Inmigrantes españoles en Hawai
A lo largo de la historia, son muchos los casos de grandes masas de personas que han abandonado su tierra, su país, en busca de fortuna en el extrangero. Hoy os traigo una historia de un grupo significativo de personas que, ante la penuria, lo dejaron todo atrás y se lanzaron al vacío en busca de una vida mejor.
Corría el año 1907 en España, y el panorama político, con continuas crisis era desalentador para muchas personas. En las calles de ciudades como Málaga, Cádiz o Granada se empezó a ver un cartel como este:
Hawai, en aquél entonces, era un territorio poco conocido. A partir de 1834 los colonos americanos se establecieron allí e implementaron el cultivo de caña de azúcar. Ello requería mucha mano de obra, de modo que las islas recibieron cerca de 200.000 inmigrantes procedentes de China y Japón. Para unas islas, era muchisíma gente y llegó un momento en el que gobierno y compañías azucareras se sintieron abrumados por tal cantidad de asiáticos, de manera que decidieron promover la inmigración de trabajadores europeos, sobretodo españoles y portugueses financiando los costes de los viajes.
Hawai había sido hasta ese momento un lugar con poca población dedicado al cultivo de piña tropical además de la caña de azúcar. Tras la primera oleada de inmigrantes asiáticos, 61.000 de 154.000 habitantes eran japoneses. 38.000 eran nativos.
Frente a esta supuesta “invasión” asiática, el Consejo de Inmigración de Hawai ideó en 1906 esta campaña para atraer mano de obra de otras procedencias, en otras palabras, familias “blancas”. Una compañía publicitaria londinense se encargó de la publicación, que se distribuyó por Andalucía y otras provincias, y Portugal.
En cuanto al viaje, se calculaba que tendría una duración aproximada de 55 días. No existía el Canal de Panamá (estaba en construcción) por lo que tuvieron que cruzar el Atlántico, dar la vuelta por el cabo de Hornos y entrar en el Pacífico.
Los encargados del reclutamiento se dirigieron principalmente a Cádiz, Málaga y Granada, dónde se distribuyó el cartel en el cual se detallaban las maravillas de un verdadero paraíso al que viajarían gratuitamente y donde se les garantizaba a los cabezas de familia un salario de 22 duros americanos y jornales para sus mujeres e hijos mayores de 15 años. También tendrían vivienda gratuita, una casita valorada en 500 dólares, la cesión de un pequeño huerto, asistencia sanitaria y educación para sus hijos. La penuria en el campo español hizo que muchos se atrevieran a emprender este viaje.
El 10 de marzo de 1907 zarpó desde el puerto de Málaga el SS Heliópolis, una nave con dos mástiles de mano del capitán Kelly. Fue el primer viaje hacia las islas Hawai, donde viajaban 2.246 españoles y portugueses, 608 hombres, 554 mujeres y 1.084 niños. De todos ellos, 3 mujeres y 9 niños murieron durante el trayecto. A su llegada a Hawai todos los pasajeros fueron puestos en cuarentena y se registraron 7 casos de sarampión y otros 2 de paperas. En total llegaron a Hawai un total de 7 barcos cargados de inmigrantes.
Con el tiempo, de los 7.735 españoles que llegaron a Hawai, permanecieron allí pocos más de 1.000, el resto acabó trasladándose a California, donde las relaciones laborales exigían menos burocracia que en las plantaciones de Hawai.
La aventura de estas personas por sobrevivir no fue un camino de rosas ya que el trabajo no era escaso, pero sí lo era el salario. La jornada laboral era de 10-12 horas diarias y los trabajadores estaban supervisados por un capataz, generalmente de origen japonés o portugués, que controlaba que nadie se “distrajera”. Es por ello que muchos se marcharon de allí al finalizar sus contratos, o incluso antes. Finalmente en su nuevo destino, California, tuvieron algo más de suerte ya que las posibilidades de prosperar eran mayores.