Lecturas de época: Flores en la tormenta de Laura Kinsale

No sé si aquellos que me leéis habitualmente sois más asiduos a la lectura o al visionado de series y películas. Si sois de los segundos os invito a dar una oportunidad a libros como el del que os voy a habar hoy: Flores en la tormenta, de Laura Kinsale.

En cuanto a novelas de época, Laura Kinsale es una de mis autoras preferidas, su delicadeza y sus grandes historias nunca me dejan indiferente. Si queréis conocer un poco más sobre esta autora os diré que es de origen norteamericano y que su formación universitaria nada tuvo que ver con las letras pues estudió geología en la Universidad de Texas, en Austin. No obstante, con el tiempo se dio cuenta de que lo que de verdad le apasionaba era escribir historias románticas, de modo que abandonó su trabajo en la industria del petróleo para ser escritora.

Argumento y mi crítica personal sobre Flores en la tormenta

Christian Langland, duque de Jervaulx, es un miembro de la alta sociedad inglesa conocido por ser un calavera. También tiene cierta fama por ser un autentico genio de las matemáticas. En ocasiones suele colaborar con un humilde cuáquero que comparte su pasión por esa disciplina. Los cuáqueros son una comunidad religiosa protestante que se fundó en Inglaterra en 1648 de la mano de George Fox. Esta disciplina religiosa carecía de jerarquía y culto eclesiástico y sus principales valores eran la sencillez, el igualitarismo y la honradez.

El anciano matemático sufre de ceguera por lo que su hija, Maddy Tims suele encargarse de escribir y posteriormente entregar los documentos referentes a las investigaciones al duque para exponerlos ante la Sociedad Analítica. Pese a ello, Christian nunca ha recibido personalmente a Maddy, nunca se ha visto. Pero por primera vez se ven las caras la noche en que los dos matemáticos presentan sus descubrimientos ante la Sociedad Analítica. El Duque está acostumbrado a mujeres atractivas y voluptuosas, pero Maddy no es de esa clase de mujeres y eso, de alguna manera, afecta profundamente al duque.

Tras la repentina muerte del duque, Maddy, sin saber porque, queda profundamente afectada. Además, ahora ella y su padre han perdido el apoyo social y financiero que el nombre del duque suponía por lo que deben buscar una nueva forma de ganarse la vida. Maddy empieza a trabajar para su primo, médico de una institución para enfermos mentales.

Maddy no puede creer lo que ve en su primer día de trabajo: descubre que Jervaulx es uno de los pacientes del hospital y que su muerte en realidad fue fingida. El duque fue herido en un duelo con el marido de su amante y sufre una afasia. Ha perdido la capacidad para comunicarse verbalmente. Incluso ni siquiera puede vestirse solo.

En el hospital, el duque es considerado un demente violento por lo que se le mantiene sedado y maniatado. Jervaulx debe volver a aprender a hablar y la impotencia que sufre hace que se sienta muy frustrado ya que mentalmente está completamente cuerdo. La llegada de Maddy al hospital se convertirá en un bálsamo de esperanza para sus nervios, pues parece ser que ella es la única que lo comprende y que tiene fe en su recuperación.

A pesar de todo, no todos desean la pronta recuperación de duque. Sus cuñados, sus hermanas, y su propia madre planean incapacitarlo para controlar el patrimonio familiar, solo Su tía, Lady de Marly se opone a ellos y propone un trato al duque para que el resto de la familia no se salga con la suya: casarse con una joven de buena familia escogida para él, de cuya unión se engendraría un heredero, el próximo duque de Jervaulx. Entonces ella lo ayudaría.

Christian, desesperado, acepta el trato, pero poco después se da cuenta de que no tiene ningún interés en casarse con la mujer que su tía ha escogido para él. La única con la que él quiere estar es Maddy. Su única salida es la huida a su propiedad en la campiña inglesa, donde ambos descubrirán la magnitud de sus sentimientos a pesar de las grandes diferencias existentes entre ellos….

Flores en la tormenta es una novela apasionante, realista, que no obvia la cruda realidad y que describe un proceso muy largo y tortuoso. Recuperarse tras haber sufrido una afasia no es un proceso fácil ni rápido y así lo plasma la autora en este libro. Además, también describe a la perfección el trato que recibían los enfermos mentales en aquella época con pelos y señales. Paralelamente a todo esto, la relación de los dos protagonistas sufre una evolución asombrosa, los dos cambian a medida que avanza la historia, forjando un amor de los de verdad, intensa y profundamente apasionada.

Mi puntuación es un 9 de 10.